miércoles, 20 de marzo de 2013

La tarjeta de visita que encontró el detective


- Nombre de la actividad: La tarjeta de visita que encontró el detective.

- Alumnos a los que va dirigida: esta actividad puede aplicarse a alumnos de cualquier edad y de cualquier nivel. Basta con adaptar las preguntas y el vocabulario al nivel del grupo.

- Objetivo de la actividad y razón para escogerla: Que los alumnos se conozcan entre ellos al inicio de un curso. Según el tipo de preguntas escogidas, se puede trabajar con un tipo de vocabulario en concreto. Además, los alumnos aprenden a formular preguntas que puedan responderse con “sí” o “no”.

- Adaptación de la actividad para este grupo y justificación de la elección: En un folio doblado por la mitad, el alumno debe escribir su nombre con letra grande en el centro. En la parte superior derecha, debe escribir dos adjetivos que piense que le describan. A la izquierda, alguna de sus aficiones, algo que sus compañeros no conozcan de él y que considere interesante compartir.
En la parte inferior del folio, debe escribir un lugar que le gustaría visitar y por qué estudia español.

Una vez que han terminado, los alumnos deben colocar su folio en la mesa para que el resto pueda leer lo que cada uno ha escrito. Cuando todos hayan leído lo que cada participante ha escrito, el profesor debe recoger las tarjetas, mezclarlas y escoger a un alumno como primer detective.
El profesor cogerá una tarjeta y el alumno escogido deberá demostrar que ha puesto atención en los datos de cada tarjeta. Con un máximo de 8 preguntas (relacionadas con los datos de las tarjetas y de respuesta tipo “sí” o “no”), los alumnos deben adivinar qué nombre se esconde detrás de la tarjeta que ha escogido el profesor. 

Con el fin de que todos participen en la actividad, cada vez será un alumno el que desempeñe el papel de detective.

1 comentario:

  1. Como bien dices, creo que es una de esas actividades adecuadas para romper el hielo y darse a conocer todos un poco al resto de la clase. Me gusta en el sentido de que no es el propio alumno el que tiene que hablar de sí mismo, lo que en principio induce menos temor a la hora de hablar. También exige mayor atención que si se presentaran cada uno al resto de la clase.

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